ARTISTA SE COMPRA SU FAMILIA DE MANIQUIES Y LE CIERRA LA BOCA A LA SOCIEDAD

“¿Eres una chica tan encantadora. ¿Por qué no estás casada?”. Esa es la pregunta que Heintz ha tenido que escuchar en varias ocasiones por estar soltera y sin hijos.

Según explica, la idea de este proyecto fotográfico surgió mientras hablaba con su madre.“Mamá, no puedo salir a la calle y comprarme una familia. Eso no es posible”, contó.

Fue ahí cuando se dio cuenta de que había una manera. Se compró una familia. Dos maniquíes se convirtieron en su marido y su hija.
Este proyecto fotográfico llamado ‘Life Once Removed’ (‘La vida una vez removida’) busca cuestionar el apego que tenemos a las tradicionales expectativas sobre la familia y los hijos y es una reflexión a las ideas que la sociedad pone en nosotros. Asimismo, la artista hace ver que muchos se empeñan demasiado en querer pasar las tradiciones a las siguientes generaciones. Una de estas tradiciones es el matrimonio.
Heintz señala que tanto hombres como mujeres consideran que para que una mujer tenga una vida plena tiene que cumplir una serie de requisitos en el campo profesional, familiar, afectivo,etc.. Si uno de estos elementos no funciona, parece que hay algo que no está bien.
Suzanne asegura que con este trabajo, quiere que la gente deje de depender de las ideas desfasadas sobre lo que se supone es una vida exitosa.

La foto más impactante para mí es la que nos ofrece una escena matinal en la que el Sr. y la Sra. Heintz están sentados a la mesa. Podemos percibir la rabia, que bordea la tristeza, o viceversa, de la señora Heintz. La señora simplemente está ahí con los labios cotraídos, la mirada perdida, mientras intenta comerse una toronja.



El espectador siente el infierno que vive la señora de la casa. La escena nos obliga a contemplar la vida ficticia y la real de Suzanne. ¿Es ésta la felicidad que la sociedad quiere para ella? ¿Qué tal si ella está verdaderamente contenta con su forma de vivir? ¿Por qué exigirle que sea quien no es, y entre a un matrimonio para callar la sociedad? ¿A eso se llama ser feliz?

No hay felicidad ni éxito sin hijos ni esposo para la mujer. Se puede haber logrado miles de metas, pero el no complementarlo con un matrimonio los hace irrelevantes. No importa que tan plena sea su vida, ésta será vista como una «pobre mujer.» Todos sienten lástima por las mujeres exitosas y solteras; a pesar de que ellas están viviendo su vida, tal cual la pensaron, y no siguiendo un esquema.


A la gran mayoría se le escapa que el no casarse ni tener hijos es sólo una opción. Muchas mujeres son felices así, y el vivir en el siglo XXI se lo permite, aun cuando el resto de la sociedad se resista a asimilarlo, y la siga hostigando con preguntas, que más que respuestas buscan explicaciones. Sería genial si en vez de cuestionar la forma cómo una mujer ha elegido vivir su vida, se la aceptara tal cual. 

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