EL HOMBRE QUE SE HIZO MILLONARIO VENDIENDO PIEDRAS


Muchas veces escuchamos decir, con respecto de un buen vendedor, “el puede vender hasta piedras”; pues Gary Dahl es el hombre que lo hizo literalmente. Este ejecutivo publicitario de California logró la idea del millón con lo que muchos podrían pensar que era una idea absurda.


Hacia la década de los 70’s, cerca a la víspera de Navidad, Dahl se encontraba reunido con unos amigos en un bar. La conversación se encaminó hacia el tema de las mascotas y los múltiples inconvenientes que éstas representan. Fue allí que al publicista se le ocurrió la brillante idea de vender una mascota que carezca de todas esas desventajas como alimentarlo, limpiar sus desechos, gastar en medicamentos, etc. De esta manera fue que nació el “Pet Rock” (la piedra mascota).
La idea era simple: vender una piedra como si fuera una mascota viva. Este invento por ilógico que parezca, se convirtió en un boom e hizo de Dahl un millonario en poco tiempo. Las piedras que compraba a un centavo, las comenzó a vender a 3,95 dólares. Pero Gary Dahl era un excelente vendedor y sabía lo que la gente buscaba, así que ideó una excelente presentación para su producto. Las piedras-mascota se vendrían en una caja de cartón con un poco de paja en su interior, muy parecidas a las que te vendían en una tienda de animales convencional. Además, adjuntaba un manual de entrenamiento para tu piedra el cual incluía instrucciones para que tu mascota se quede quieta, diera la vuelta y hasta atacara (claro que con una pequeña ayuda de su amo).
Sin embargo, la popularidad de los Pet Rock no duró mucho tiempo y en apenas medio año el negocio desapareció. Luego de ello Dahl abrió un bar e intentó vender otros productos como “Suciedad roja de China” o “Gatitos de arena” pero que no pudieron obtener el éxito de su predecesor. Actualmente una nueva versión de la piedra-mascota se vende por internet pero esta vez con rasgos un poco mas definidos y reales y los precios pueden llegar a ser más ridículos que la idea misma de tener a una piedra por mascota.
La oportunidad de negocio está en todos lados. Sólo tenemos que dar una vuelta de tuerca con nuestra creatividad para que aquello que parece absurdo a primera vista se convierta en una gran idea.

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