«EL LADO CIEGO» Y NO TAN CIEGO DE LA VIDA: THE BLIND SIDE
Ayer vi la película «The blind side» o en castellano «El lado ciego» y terminé con una enorme sonrisa en los labios por la valiosa lección de vida que me dejó este largometraje.El contarnos un hecho de la vida real además de conmoverme me hizo darme cuenta otra vez que aunque todo esté oscuro y se nos derrumbe, la vida siempre puede mejorar y dar un giro de 360 grados, sólo es cuestión de tener fe y paciencia.Asimismo el film logra que recobremos esa oxidada creencia en la bondad humana.
«The blind side» además de echar aceite al motor de nuestras vidas y permitirnos que sigamos conduciendo con ánimos en esta camino sinuoso, nos muestra que esas personas que un día se cruzan en tu vida para cambiarla, también cambian la suya porque tú apareciste en ella.
Si podemos sintetizar la película, podemos mencionar que ésta nos cuenta parte de la vida de Michael Jerome Oher, quien en la vida real es un tacle ofensivo de fútbol americano que juega para los Baltimore Ravens en la National Football League de los Estados Unidos. Fue seleccionado por los Ravens(cuervos) en la primera ronda del draft de 2009 de la NFL. En el 2002 el padre de un amigo de Michael Oher inscribió a ambos en la Briarcrest High School, una escuela privada cristiana ubicada en Memphis. Michael tenía 16 años, su expediente académico arrojaba una nota media de 0.6 y su coeficiente de inteligencia era de 80, muy por debajo de lo normal pero en su segundo año como universitario cuando su vida había cambiado de cabo a rabo por la ayuda tanto económica como espiritual de los Tuohy,se le efectuó otro test de inteligencia, arrojando como resultado 105 de coeficiente, que corresponde a la media de una persona normal.
Sean Tuohy, padre de dos alumnos de la escuela Briarcrest High School y propietario de una cadena de restaurantes, había visto a Michael Oher deambulando por la institución; era imposible no fijarse en él. Siempre llevaba la misma ropa: una camiseta descomunal y unos vaqueros cortos que le dejaban las pantorrillas al descubierto. Un día le preguntó si había comido y, tras encajar una respuesta titubeante, decidió abrirle una cuenta en la cafetería del colegio para que comiera gratis cada día. Su ayuda se quedó ahí… hasta que entró en escena su esposa, Leigh Anne Tuohy. Le vio por primera vez bajando de un autobús el Día de Acción de Gracias. Estaba nevando, pero Mike llevaba la misma ropa de siempre. Le preguntó dónde iba y dijo que a ver el entrenamiento de basket porque había calefacción. Al día siguiente, Leigh Anne se presentó en el colegio, recogió al chico y lo llevó a comprar ropa de abrigo. Cuando le acompañó a lo que él denominaba casa y vio que era un remolque abandonado, lo instaló con ella y su familia en su hogar.
El hecho de que Mike Oher haya llegado al cénit del deporte profesional no es especialmente significativo. Sí lo es, en cambio, el hecho de que sea capaz de leer, escribir, expresarse oralmente y, sobre todo, interactuar con cierta desenvolutura en un entorno social. Todas las cartas de la baraja que le dieron al nacer en un suburbio del oeste de Memphis estaban marcadas y eran perdedoras. El padre de Oher, ex presidiario, nunca se ocupó de él ni de ninguno de sus 11 hermanos y acabó asesinado a tiros y su cadáver arrojado por un puente. Su madre era adicta al crack pero la intervención en su vida de la familia Tuohy, la trastocó y mejoró para siempre.
Si queremos encontrar un simbolismo en esta fabulosa película, podemos decir que sí lo hay y bien grande pues El lado ciego se refiere a la función del tackle para defender el lado vulnerable del mariscal de campo, pero también a la protección de nuestros seres queridos, tal como lo hace Michael Oher y la familia Tuohy.
Fotografía del verdadero Michael Oher y la familia Tuohy que lo acogió:
