INGMAR BERGMAN: LA GRAN INFLUENCIA EN SPIELBERG, MARTIN SCORSESE, WOODY ALLEN Y MUCHOS MAS

La figura y la obra del director de cine Ingmar Bergman han jugado un papel fundamental en el mundo del pensamiento, la cultura y las artes del siglo XX y también de este siglo. Pocos autores han sido capaces de ejercer un poder de fascinación tan grande ante la sociedad intelectual . Es uno de los pilares de la cinematografía mundial. De carrera larga en el tiempo, de genio absolutamente irrepetible y de estilo único e inimitable, Bergman es el director que mejor ha sabido plasmar en la gran pantalla las angustias del ser humano, la sinrazón de la vida y la necesaria y última verdad de la existencia: la muerte.


El director sueco Ingmar Bergman (1918-2007) dejó un legado de más de 40 largometrajes y otros tantos trabajos para televisión, muchos de los cuales han sido considerados en la mayoría de los listados y rankings de las películas más destacadas de la historia del cine. 

Para suerte de muchos a los que nos gusta el cine, aunque lamentablemente Bergman murió en el 2007, además de ver su herencia en sus numerosas películas, también podemos ser partícipes de su legado observando la gran influencia que ha ejercido en otros directores de cine de talla mundial. Por citar sólo algunos: Steven Spielberg, Martin Scorsese, Ang Lee, Woody Allen, Stanley Kubrick, Pedro Almodóvar, etc…
Decía un reconocido director de cine francés: “Todos los caminos llevan a Roma, ciudad abierta”. Del mismo modo podría decirse de Woody Allen: “Todas sus películas llevan a Bergman”. Esta comparación, confieso, es algo gratuita; pero si Allen ya había apuntado en más de una ocasión su devoción por el cineasta sueco, fue con Interiores (Interiors, 1978) cuando se propuso un estudio sobre una familia (disfuncional) de la clase media-alta de Nueva York “a la Bergman2 en todos los sentidos. La idea surgió tras el encuentro con una familia judía de Nueva York y otra tradicional de California, ambas con tres hijas tremendamente competitivas.
Además de la cinta «Interiores»; apreciamos la huella latente de Bergman en los siguientes trabajos de Woody Allen: ‘Recuerdos’ (‘Stardust Memories 1980), ‘Septiembre’ (‘September’, 1987), ‘Otra mujer’(‘Another Woman’, 1988) y ‘Sombras y niebla’ (‘Shadows and Fog’, 1991). Allen nació en el seno de una aburrida familia judía y se distraía, como adolescente curioso, con el cine europeo y asiático que llegaba a su ciudad, sobre todo el de Bergman, Fellini y algunos maestros japoneses. Cuando por fin se hizo director, pudo ofrecer su particular homenaje a ese cine.
Pero ante todos, el director predilecto y al que ama profundamente Woody Allen es Ingmar Bergman. Sólo hay que ver la defensa que realiza de él en la hilarante escena de la película «Manhattan» sobre la academia de los sobrevalorados, en la que Marvy, una snob neoyorquina interpretada por Diane Keaton, censuraba la trayectoria del director sueco en una genial conversación que prefiero dejar por escrito, pues en su lectura ya hierve la ironía que Allen imprime a sus diálogos:
» Isaac Davis (Woody Allen): Bergman es el único genio del cine actual.
Marvy (Diane Keaton): Pero si sois de lo más opuesto. El programa que escribes para televisión es brillantemente divertido, mientras que su perspectiva es típicamente escandinava, lúgubre, todo está impregnado de Kierkegaard, es algo ingenuo, pesimismo a la moda. Todo ese silencio, el silencio de Dios, muy bien, me encantaba cuando estaba en la universidad de Radcliffe, pero eso ya está superado, totalmente superado. Acaso no veis que se trata de un intento de dignificar los propios traumas psicológicos y sexuales poniendo como parangón ciertos principios filosóficos. No es más que eso.»
Pasando a otro genio del cine, llamado Stanley Kubrick, quien también estuvo fuertemente influenciado por Ingmar Bergman; allá por 1960, cuando Kubrick era un genio en ciernes de tan solo 31 añitos, escribía una carta al hombre que el consideraba «el cineasta más grande con vida», aquel que más adelante, acabaría teniendo una influencia clave en su magistral obra: Ingmar Bergman. De un genio a otro, Kubrick declara su amor a Bergman a través de la siguiente carta:
Una de las películas de Bergman que es totalmente de culto a nivel general para todos los ámbitos de la cultura y que ha ejercido una enorme influencia en el cine fue «Persona». Las secuencias más célebres de Persona es la inicial, totalmente críptica, compuesta de imágenes y secuencias de breve duración, que funcionan como contraplano de los propios créditos iniciales. Y, entre esas imágenes, irrumpe un plano casi subliminal de un pene erecto. En el film «The fight Club» (El club de la lucha) de David Fincher también juega con imágenes apenas perceptibles pero que dejan una huella en el inconsciente, y lo hace explicitando su existencia, de una forma irónica, a través del personaje interpretado por Brad Pitt: cuando están la sala de proyección de un cine, introduce una imagen de un pene erecto en mitad de las imágenes que causa un removimiento en la psique de los espectadores.
Maestro entre los maestros, Bergman es un pilar fundamental de la historia del cine y una fuente inagotable de inspiración a todos los niveles de las diversas manifestaciones artísticas y culturales del hombre. Desde la literatura, al teatro pasando por la filosofía, la antropología y más. 
Cinco películas esenciales de Ingmar Bergman que uno tiene que ver sí o sí antes de morir son: El séptimo sello, Fresas Salvajes, Persona, Fanny y Alexander y Sonrisas de una noche de verano.


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