LA INTRIGA Y EL FENÓMENO DE LAS PIEDRAS VIAJERAS


Las piedras navegantes, también conocidas como piedras deslizantes, viajeras o piedras móviles (en inglés: sailing stones, sliding stones o moving rocks), son un fenómeno geológico por el cual las rocas que son muy pesadas como para ser empujadas por una persona o animal, se mueven y dejan largos trazos, a modo de surco, en una superficie llana. Se han observado y estudiado este tipo de huellas en varios sitios, desde el suroeste norteamericano, donde son más numerosas, hasta el Sáhara tunecino. Los trazos que más se han estudiado, debido a su elevado número y longitud, son los de Racetrack Playa, en el Valle de la Muerte de California, Estados Unidos. La causa que produce el movimiento de las rocas todavía no está clara y sigue siendo objeto de investigación.
Las piedras se mueven sóo cada dos o tres años y la mayoría de sus huellas se conservan durante tres o cuatro años. Las piedras con base angulosa dejan trazos estriados y rectos, mientras las piedras que tienen base lisa dejan marcas divagantes. A veces, las piedras se vuelcan, y ponen en el suelo otra de sus caras que deja un rastro diferente.
Los trazos comúnmente tienen orientaciones y longitudes que difieren de unas a otras. Las piedras que empiezan su trayecto junto a otras, pueden viajar en paralelo hasta que algunas de ellas se desvía según cualquier dirección o, incluso, retrocediendo. Piedras del mismo tamaño pueden dejar trazas de distinta longitud.
Se cree que las condiciones necesarias para que las rocas se muevan son:
Una superficie saturada en agua.
Una delgada capa de arcilla.
Fuertes ráfagas de viento como fuerza inicial.
Vientos fuertes sostenidos para mantener a las piedras en movimiento.
Y en algunas hipótesis:
Placas de hielo.
Tapices microbianos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: ¡¡El contenido está protegido!!
Está página web utiliza cookies    Más información
Privacidad