LA MUJER CON PEOR SUERTE EN EL MUNDO
Existen personas que nacen para vivir con una buena fortuna, pero hay quienes la suerte siempre les da la espalda como es el caso de Jeanne Rogers que se ganó a pulso el título de la mujer con peor suerte en el mundo.
Desde la adolescencia inició su enfrentamiento con el destino. Cuando tenía 15 años caminaba por la calle cuando un relámpago la golpeó, perdió ambos zapatos y gran parte de su cuerpo sufrió quemaduras, hasta su ropa interior se derritió por el calor.
A los 18 años, Rogers realizó un viaje en crucero a las afueras de Nueva York junto a su mejor amiga. Mientras estaban en cubierta, Jeanne cayó al agua, su amiga fue a buscar ayuda pero resbaló, al caer se golpeó la cabeza y se desmayó, cuando recuperó la conciencia hizo que el barco regresará por la joven Jeanne Rogers que había caído al mar.
Tiempo después, mientras paseaba por el bosque, fue golpeada nuevamente por un rayo a causa de un brazalete de metal que portaba en ese momento, afortunadamente sus lesiones eran menores.
Años después Jeanne se casó, tuvo un hijo y se dedicó a vender productos de belleza de puerta en puerta. Un día cuando trabajaba acompañada de su hijo, él le advirtió del acercamiento de una extraña ave, se trataba de un murciélago que voló hacia su cabeza, Rogers corrió a pedir ayuda pero todos se alejaron de ella porque pensaban que era un ataque de nervios. Ella tuvo que llegar sola con un veterinario quien la liberó del animal, dejándole graves heridas en el cráneo.
En otra ocasión mientras paseaba en caballo, alguien le disparó por accidente hiriéndola en un brazo. Le tomó varios meses pero ella se recuperó.
Su matrimonio tuvo también dificultades y fracasó cuando su marido intentó ahorcarla y después se divorciaron.
Rogers también cayó a un pozo fracturándose dos costillas y una pierna, sin embargo siguió adelante.
A pesar de todas las pruebas que ha vivido está convencida de que su vida tiene una misión importante. Su historia nos demuestra que cuando te toca, te toca.