LA NUEVA CENICIENTA SE ENAMORA DE UN ZOMBIE
Una pequeñísima introducción antes de presentar este exquisito entremés de comic. Creo que el título que le he puesto al post es preciso y cae a pelo a la adaptación de esta obra ya que en la actualidad pareciera ser que los príncipes azules que buscamos las mujeres no son más que zombies sin alma.
Junko Mizuno, una de las autoras de comics contemporáneas más presentes en el actual mercado japonés, nos presenta a una jovencita llamada Cinderalla, que vivía muy feliz con su padre. Éste llevaba un restaurante de Yakitoris (brochetas japonesas) muy famoso, conocido en todo el país por el secreto de su salsa Teriyaki.
No obstante, la vida de Cinderalla dará un vuelco el día que su padre muera, víctima de una indigestión. Aunque lo que, de verdad, sorprenderá a la joven Cinderalla será ver a su padre convertido en un zombi y saber que, a pesar de su estado, su progenitor se vuelve a casar con otra zombi, Carolina. Su nueva madre vendrá acompañada de dos hijas, Akko y Aki, y de un voraz apetito, el cual pondrá en peligro la relación entre Cinderalla y su padre. Además, sus dos hermanastras resultarán ser unas caprichosas cuya única dedicación es tener siempre ocupada a Cinderalla con sus encargos. Por sea el caso,hasta aquí cualquier semejanza con un cuento muy conocido llamado La Cenicienta no es pura coincidencia.
Justo cuando la situación se estaba volviendo del todo insoportable, Cinderalla se encontrará con un apuesto zombi y rescatará de un funesto experimento a la hija de un hada del país de la maravillas. Con la ayuda de esta última, Cinderalla logrará tener una cita con el Príncipe, el bello zombi del que Cinderalla anda prendada, aunque, para ello, tenga que morir en el intento.
Cinderalla es una obra inusual por la cantidad de referencias de la cultura popular que contiene y por el tratamiento que realiza Junko Mizuno de una obra tan conocida como La Cenicienta. Por añadidura, Cinderalla no duda en mostrar sus atractivos físicos, algo que también hacen sus odiosas hermanastras, añadiendo un elemento erótico bastante usual en la mayoría de las series de mangas japoneses.
El resultado de todo este menjunge de la adaptación moderna de La Cenicienta es una golosina muy deliciosa de dobles lecturas, de un grafismo cercano a la cultura pop, pero sin perder de lado ese halo de magia y misterio que rodea a todo cuento de hadas que se precie de serlo.