LOS ADOLESCENTES NECESITAN DORMIR MUCHO MÁS, AFIRMAN LOS DOCTORES

En algún momento todos nos hemos querido saltear un día de clases y quedarnos durmiendo en casa. Tener que levantarse para ir a clases siempre ha sido una tortura para los adolescentes. Los adultos les dicen que no sean perezosos, que deben levantarse para ir a estudiar y aprovechar el día. Hoy les queremos presentar una investigación científica que le da la razón a los jóvenes: realmente necesitan dormir más durante la mañana.

El ciclo circadiano de los adolescentes
El estudio analiza cómo los cambios físicos y hormonales por los que pasan los adolescentes alteran su ciclo circadiano. El ciclo circadiano está muy relacionado con el transcurso del día y la noche. Es el conjunto de procesos del organismo que cumplen un patrón de tiempo de aproximadamente 24 horas.
El patrón de sueño está regulado por el ciclo circadiano, puesto que es la luz del día la que nos mantiene despiertos. Como podrán ya les hemos contado, es necesario dormir a oscuras, en tanto cuando se acerca la noche y hay menos luz, producimos más melatonina, la hormona que nos hace sentir adormecidos.
Los pediatras sostienen que, en los adolescentes, el proceso es un tanto diferente dados los cambios físicos, hormonales y psicológicos por los que atraviesan en la pubertad. La American Academy of Pediatrics (AAP) concluye que los adolescentes difícilmente puedan conciliar el sueño antes de las 23:00 hs, por lo tanto aprovechan más y mejor las horas de la noche que los adultos. A su vez, sostiene que deben dormir más horas en la mañana y evitar intentos por  compensar las horas de sueño perdidas con pequeñas siestas.
¿Cómo ajustar los tiempos a las necesidades adolescentes?
En este sentido, la AAP recomienda a las escuelas que las clases no comiencen antes de las 8:30 hs para asegurar al menos ocho horas de sueño. Los trastornos de sueño en los adolescentes pueden ser irreversibles y conducir a todo tipo de enfermedades, como diabetes, obesidad, insomnio crónico y depresión.
Los adolescentes son fuertes y están llenos de energía, pero algo que parece tan inofensivo como dormir unas horas de menos, los puede conducir a padecer enfermedades graves el resto de su vida. Es importante que la familia y la comunidad toda, realice esfuerzos por cuidarlos un poco más. Y justamente en ese sentido va la recomendación de la Academia Americana de Pediatría. 
Según los datos de la AAP, un 28% de los adolescentes afirmó que se quedaban dormidos al menos una vez a la semana en el horario de clases y un 25% haciendo la tarea. El mismo estudio observa que existe un fuerte vínculo entre la cantidad y calidad del sueño, y el desempeño académico.
La falta de sueño genera estrés, agresividad, angustia y problemas para concentrarse, entre otros tantos efectos negativos. Ello conduce inevitablemente a la falta de entusiasmo por aprender y superarse, y por lo tanto a un peor desempeño académico. 
¿Por qué las escuelas no cambian sus horarios de ingreso a clases? 
La recomendación de la AAP ha sido muy polémica. Algunas familias y, sobre todo, algunos profesores, se han mostrado muy reticentes a realizar el cambio que sugieren los pediatras. El principal argumento en contra es que implica una reestructuración a los demás horarios, demasiado importante. 
Los padres deberían ajustar sus propios horarios de trabajo para llevar a los más chicos a la escuela, los maestros deberían rearmar los horarios de sus cursos y las escuelas ajustar los horarios de las actividades extracurriculares. Parece que el problema, entonces, es que el mundo adulto no está del todo dispuesto a hacer un pequeño sacrificio por la salud de los jóvenes.
Si la evidencia a favor de cambiar los horarios de clase para que los adolescentes duerman más y mejor (y por lo tanto tengan una mejor calidad de vida) es tan contundente, entonces el cambio es fundamental. Además, no es un cambio demasiado radical, ya que sólo implica una reestructuración de entre 1 y 2 horas, dependiendo de la localidad.
Algunas comunidades se han mostrado mucho más abiertas al cambio que otras y en el 15%de las escuelas secundarias de Estados Unidos se ha logrado modificar el horario de comienzo a las 08:30. 
En América Latina las clases comienzan en el entorno de las 7:30 y las 08:00 hs, aunque tenemos la ventaja de que en algunos países los niños y adolescentes tienen la opción de asistir a clases sólo durante la tarde. No obstante, si tenemos en cuenta la recomendación de la AAP -de comenzar después de las 08:30- queda mucho por hacer también aquí en Latinoamérica.

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