TIPOS DE HOMBRES QUE TODA MUJER ODIA
1. El Tacaño: Su prioridad en la vida es el ahorro. En un restaurante, se adelanta a su mujer para pedir por ella (obviamente, los platos y tragos más baratos). Por supuesto, pregunta por todo tipo de descuento y pide un solo postre para compartir. Aunque sea él quien haya invitado a comer, puede pedirle a su pareja pagar a medias. En casos extremos, finge el olvido de su billetera, obligando a su mujer a pagar por él, con la promesa de que se lo devolverá lo más pronto posible. Ese “pronto” nunca llega. Disfraza su tacañería con frases del tipo “Pero para qué vamos a salir, si es mucho más rico y romántico quedarse a comer en la casa”. Cuando vuelve de un viaje, trae de regalo los shampoo y jabones del hotel.
2. El Bello Imaginario: es el hombre que objetivamente no es agraciado, pero ese pequeño detalle no le impiden sentirse el Brad Pitt del lugar. Guiado por esta fantasía, cree que todas las mujeres lo desean y es muy canchero a la hora de la conquista. Es el típico hombre que se acerca a un grupo de mujeres y pese a la clara indiferencia de éstas, no se retira del lugar. Suele dar consejos a sus amigos del tipo “Hay que cuidarse de las mujeres, porque después no te las sacas de encima” . Ostenta sobre su supuesto éxito con el sexo opuesto y si agrega a alguna chica farandulera en su nómina de conquista, mejor. Un desaire femenino nunca es responsabilidad propia, sino que es atribuida a una posible “locura” de la mujer o que ésta se sintió intimidada por él. Suele mirarse en el espejo y decir, mientras sobajea su prominente ponchera, “Por Dios que soy guapo”. Trago típico: El Mojito o cualquier trago de moda.
3. El Cavernícola: es el hombre bruto y troglodita, que come y toma como si el mundo se fuera a acabar. Es poco aseado y tilda de gay a un hombre un poco más preocupado por su apariencia física. Es brusco y torpe al momento de demostrarle cariño a su pareja. Dentro de sus malos hábitos están: orinar sobre la tapa del wáter, pegarle bruscas palmadas en público a su pareja (como signo de cariño y dominación), rascarse sin pudor sus zonas íntimas, entre otros. Su trago preferido: el shop de litro.
4. El Forever Young : es el hombre que se niega a asumir el paso del tiempo, manteniendo conductas juveniles . Si bien en un principio puede ser un hombre entretenido, a la larga termina aburriendo su inmadurez y su inestabilidad emocional, porque generalmente tiene dificultades para establecer vínculos a largo plazo. Dentro de este tipo, se destacan dos sub-especies:
a) El “dinosaurio- rokero”: insiste en usar sus viejas poleras de Megadeth o Metallica, pero que ahora le quedan ajustadas por su prominente ponchera. Frecuenta bares universitarios y a adopta el vocabulario juvenil de moda.
b) El “taquilla”: se caracteriza por utilizar pantalones color salmón con chaqueta de jeans. Si tiene más dinero, se compra un auto deportivo. Es un gran usuario de Facebook, donde ostenta su ajetreada agenda social nocturna. Todas las canciones las baila igual, con un marcado estilo ochentero. En el ámbito lingüístico y a diferencia del rokero, el taquilla mantiene las clásicas palabras de los años 80 del tipo “qué macanudo”, “qué salvaje”.
5. El Metrosexual: es el hombre que tiene por prioridad en la vida su belleza física, llegando a ser muchísimo más pretencioso que la mujer. Puede pasar horas mirándose al espejo y ocupando el baño. Literalmente se apodera del clóset con sus zapatos, accesorios y trajes de diseñadores italianos, apenas dejando un espacio para su pareja. Gasta mucho dinero en cremas faciales o utiliza las de su mujer. Suele depilarse, robarle la pinza a su pareja (que después pierde), teñirse las canas y es asiduos al gimnasio.
6. El Hijo del Sol Luminoso: es el hippie que vive en torno a la sustentabilidad, lo natural y la armonía cósmica. Suele verse (o estar) desaseado y es excesivamente austero. Reniega del sistema capitalista, sin embargo, no desprecia las comodidades de éste. Frente a un problema o en una discusión con su pareja, adopta una actitud Zen, que tiende a desesperar y aumentar la ira de su mujer. Además, no aporta ninguna solución en el conflicto. Es extremadamente sensible, por lo que su pareja debe estar permanentemente alerta de no herir sus sentimientos. En lo doméstico, es desordenado y posee una marcada tendencia a reutilizar todo tipo de envases, llenando la casa de cachivaches.
7. El Mamitis: es la especie de hombres incapaz de tomar una decisión sin antes consultárselo a la progenitora. De hecho, el consejo de la madre tiene más peso que el de su propia mujer, incluso cuando se trata de temas netamente de pareja. Por esta razón, la relación de pareja no es su prioridad. No hace nada frente a cualquier intromisión de su madre, e incluso la justifica. Tiende a hacer odiosas comparaciones.
8. El Pepe Grillo: es el que está constantemente fiscalizando el estilo de vida de sus parejas, desde su orden en las finanzas, hasta la cantidad de calorías que ingiere. Es capaz de revisar la cartola de la Tarjeta de Crédito de su mujer, para chequear sus gastos y entregarle consejos sobre en qué es mejor gastar el dinero. Suele formular desagradables comentarios del tipo: “¿Para qué te compraste zapatos, si ya tienes tantos?” “¿Te vas a comer otro pedazo de torta?” “Te has tomado dos pisco sour ya!” “¿Cuántos cigarros te estás fumando al día?”. “¿No estabas a dieta?” Es un hombre posesivo, dominante y celoso, y eso lo hace extremadamente crítico con la forma de vestir de su mujer, especialmente cuando la ropa es sensual. “¿Vas a salir con esa falda tan corta?” “¿No están muy ajustados esos pantalones?”.
9. El liberal a conveniencia: suele predicar sobre libertad, relación moderna y respetar los espacios de cada uno, pero a la hora de la verdad toda este discurso se desmorona. Es el típico hombre machista que le gusta mantener su libertad y ostentar de ésta frente a sus amigos, pero que se molesta con la autonomía de su mujer. Por supuesto, esto no lo reconoce y justifica su actitud con comentarios del tipo: “No llegues tarde porque me preocupas”. Suele interrumpir los happy hours que su pareja tiene con sus amigas con llamados telefónicos, frecuentemente utilizando excusas domésticas del tipo “¿Compraste comida al perro?”. Se siente con el derecho de coquetearle a cualquier mujer que se le cruce, pero cuando ve a su pareja en una actitud similar, no puede controlar sus celos.
10. El “Zapatitos blancos”: éste es el hombre mantenido, que aprovechándose del amor que su mujer le tiene, se convierte en un zángano de ella. Viven esperando tener la fortuna que supuestamente ellos dicen merecer, pero que obviamente nunca les llega. Se consideran unas víctimas de las circunstancias (por ejemplo, de la estafa de un socio o de una mala inversión). A la hora de pagar la cuenta, utilizan todo tipo de excusa o artimañas para zafar (se les queda la billetera, justo lo llaman por teléfono, el banco cometió un error con su cuenta corriente, y un largo etcétera) . Para colmo, son exigentes y de gustos caros.