UN PASEO POR «LA FABRICA DE PESADILLAS»
El comic «La fábrica de pesadillas» de Thomas Ligotti, nos hace perder el sueño y nos somete a estar con los ojos abiertos vigilando nuestra propia habitación en las noches con cuatro historias que tienen la singularidad de que nos han sido guionizadas por Stuart Moore y dos por Joe Harris, con dibujos de cuatro ilustradores diferentes: Lee Loughridge, Ben Templesmith, Ted McKeever y Michael Gaydos.
Con una brillante introducción al principio de cada una de las historias, Ligotti nos deja ver nítidamente sus influencias, que vienen de clásicos como H. P. Lovecraft, E.T.A. Hoffman o Bram Stoker. Los cuatro relatos están bañados de un toque contemporáneo sin perder un cierto raigambre clásico.El terror bastante inteligente y nada obvio es un ingrediente clave en este comic. Para ello emplea elementos del género como payasos, maniquíes o manicomios pero sin caer en tópicos, incluso hay leves referencias al cine como «El increíble hombre menguante» de Jack Arnold de 1957.
Las notas dibujísticas presentes en algunos de los relatos aportan más aplausos a «La Fábrica de las pesadillas». Especialmente ‘El sueño de un maniquí’ de Ben Templesmith y ‘Teatro Grottesco’ de Michael Gaydos. El primero sobresale por sus tonalidades de color ocres y azulados que son el agente perfecto para trasladarnos a un escenario onírico. El segundo es optimizado por un predominio del color sobre la línea en una suerte de impresionismo con figuras creadas a base de manchas.Su paleta es bastante ocre también pero utiliza colores saturados como el violeta para romper la acción y situarnos en otro plano del discurso, integrando así el color como elemento narrativo.