VIVIR DEPRISA NO ES VIVIR, ES SOBREVIVIR
Nos prometieron que la tecnología trabajaría por nosotros y que seríamos más felices, pero hay estadísticas que demuestran que trabajamos 200 horas más al año que en 1970 y la insatisfacción vital y la velocidad definen nuestro tiempo.
La hiperactividad actual nos lleva a vivir por inercia, dedicando toda nuestra energía a metas externas que se oxidan con el paso del tiempo y olvidando las cosas importantes de la vida.
Somos esclavos de los horarios, del ruido, del consumo, de la hipoteca y de lo que se espera de nosotros, y eso equivale simplemente a sobrevivir pero no a vivir consciente y responsablemente.
Escuchar a Carl Honoré en este vídeo decir algo tan pero tan cierto es como respirar aire fresco.
Sus ideas actualizan los conceptos clásicos de cualquier tradición sobre la importancia del ser en vez del tener y del aquí y ahora, pero él, además, tiene el mérito de haber popularizado y teorizado con rigor sobre le vida slow y la LENTITUD que se consideraban “cosas de vagos”.
Carl Honoré denuncia la cultura de la prisa y sus consecuencias, la falta de paciencia, la hiperestimulación, la superficialidad y defiende la lentitud, saborear los momentos y sobre todo, priorizar en la vida.
“Lo que denuncio no es la rapidez en sí misma, sino que vivimos siempre en el carril rápido y hemos creado una cultura de la prisa donde buscamos hacer cada vez más cosas con cada vez menos tiempo, que hemos generado una especie de DICTADURA SOCIAL que no deja espacio para la pausa, para el silencio, para todas esas cosas que parecen poco productivas. Un mundo tan impaciente y tan frenético que hasta la lentitud la queremos en el acto.”
“La velocidad en si misma no es mala. Lo que es terrible es poner la velocidad, la prisa en un pedestal…Al principio era sólo el terreno laboral pero ahora ha contaminado todas las esferas de nuestras vidas, como si fuera un virus: nuestra forma de comer, de educar a los hijos, las relaciones, el sexo… hasta aceleramos el ocio. Vivimos en una sociedad en que nos enorgullecemos de llenar nuestras agendas hasta límites explosivos”.
A continuación el vídeo de la Conferencia de Carl Honoré: